Por Arturo Hernández Cordero

|La crisis migratoria que desde hace cuatro años ha tenido lugar en la frontera entre México y Estados Unidos, ha sido un aliciente para que ciertas ideas radicales empiecen a manifestarse en uno de los estados con mayor identidad regional e intenciones independentistas de la Unión Americana: el Estado de Texas.
La situación en la frontera sur de EE.UU., ha supuesto una lucha de poderes entre el gobernador de Texas, Greg Abbott y el presidente Joe Biden; después de que a principios de enero, autoridades federales de los Estados Unidos ordenaran quitar la valla fronteriza entre Ciudad Juárez y El Paso, con el objetivo de evitar poner en peligro la vida de los miles de migrantes que día a día intentan cruzar la frontera de manera irregular.
Esto último, ha sido visto por el Gobierno de Texas y la mayoría de los ciudadanos de dicho estado (de ideología conservadora), como un atropello a su derecho a velar por la seguridad interna de su entidad, motivo por el cual, el gobernador Abbott y el vicegobernador Dan Patrick, han decidido en las últimas semanas hacer caso omiso a las determinaciones de Washington y volver a colocar la valla para impedir el ingreso de migrantes ilegales al Texas.
Tal situación, propició que los sentimientos nacionalistas e independentistas de un sector de la sociedad texana, afloraran y se manifestaran con grandes contingentes de civiles armados patrullando la frontera sur del estado con miras a detener una presunta “invasión” hacia su territorio.
La aparición del llamado “ejército de Dios” integrado por ciudadanos texanos ultra conservadores e independentistas, ha traído a debate la ínfima, pero recurrente posibilidad de un intento de secesión por parte de Texas.
Si bien, la posibilidad de una Texas independiente es nula, la debilidad mostrada por el gobierno de Biden ante el gobierno de Texas no favorecen en nada a las aspiraciones de este último, de buscar ser reelegidos en noviembre próximo; el octogenario presidente Biden ve cada vez más cuestionada su capacidad de liderar a la principal potencia del mundo y hacer frente a los retos que ello supone.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *