A 19 años del fallecimiento de Proceso Sánchez Ortega, precursor de la Homeopatía en México, sus hijas Rosario y Eduviges Sánchez Caballero, recordaron el legado que el tulancinguense dejó en esta rama de la medicina.
“Siempre nos inculcó que deberíamos respetar el orden de la naturaleza en todos nuestros actos. Principalmente, en nuestras conductas de tipo educativo, higiénico y moral, que van muy en concordancia con la homeopatía, que es un modelo clínico terapéutico utilizado para la prevención, alivio o curación de enfermedades.
Para ello, la homeopatía, utiliza medicamentos preparados en su mayoría, a partir de sustancias de origen mineral, vegetal o animal y en ocasiones de sustancias artificiales.
Proceso Sánchez Ortega, nació en Tulancingo, el 2 de julio de 1919 y falleció el 16 de octubre de 2005.
Las entrevistadas expresaron el orgullo hacia su señor padre, quien además de escribir varios textos, fue fundador de la Escuela Médico Homeopática Mexicana.
Una gran influencia para que Sánchez Ortega siguiera el camino de la medicina homeopática, fue el doctor Eulalio Darío Flores Velázquez, quien le realizó una curación a su madre cuando la medicina alopática se mostró ineficaz.
Recordaron que, su vasto conocimiento e investigación de la medicina se inspiró en Christian Friedrich Samuel Hahnemann, creador de la omeopatía y junto con su personalidad íntegra, así como su bondad y amor al prójimo, hicieron de Proceso Sánchez Ortega un gran médico.
Su mayor aportación fue la clasificación y el estudio de lo miasmático, una profundización y que constituye lo que es probablemente el mayor aporte a la Homeopatía por parte de México.
También expresaron que dejó todo un legado en esta rama de la medicina, no solo en Hidalgo, sino que en México y a nivel internacional.

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