Por Cristian Andrey Rangel Hernández (*)
Reducir la pobreza en el país, es una de las necesidades más grandes de las y los mexicanos. Incluso, resulta ser el reto histórico más grande para prácticamente todos los gobiernos y que, sin duda también, es la promesa que atrapa a la mayor parte del electorado.
Pero ¿cómo se puede disminuir la pobreza y vulnerabilidad en el país?, ¿Qué hace que la gente por muchos años, sea totalmente dependiente a los programas sociales? y ¿Qué es la trampa de pobreza?
En el país existen muchas definiciones de pobreza, pero la más utilizada es la pobreza multidimensional. Dicha pobreza la observamos cuando una persona carece de alguno de los factores como lo son el acceso a la salud, seguridad social, educación, vivienda y alimentación.
El tomar las mejores decisiones para la población no es tarea sencilla, pero en el caso de la pobreza, en específico, hemos fallado una y otra vez al grado de estar atrapados en lo que se conoce como trampa de pobreza. Al hablar de dicha trampa, hablamos de un círculo vicioso, en el cual la pobreza actual es causante de la pobreza futura.
¿Qué es lo que ha fallado? Erróneamente, se ha pensado que la receta para reducir la pobreza tiene que ver, sobre todo, con programas sociales que únicamente otorguen transferencias bancarias a la población (jóvenes sin oportunidad de estudiar u obtener un empleo o apoyos para los adultos mayores), y que la ahora Secretaria del Bienestar, es la única institución encargada de combatir la pobreza en México, sumándole a todo esto que se eliminaron programas que combatían directamente los factores de la pobreza multidimensional, como lo eran PROSPERA, Seguro Popular, las Estancias infantiles, Empleo temporal, las Escuelas de tiempo completo y casi todos los programas construidos por gobiernos antagónicos al actual.
Todo esta ha sido factor suficiente para que hoy en día tengamos 58.1 millones de pobres; 2 millones y medio más, que cuando inicio el gobierno de la cuarta transformación.
Si queremos liberarnos de esta trampa de pobreza y con ello mejorar las condiciones para nuestras futuras generaciones, la solución no es eliminar programas o instituciones que ya marcaban un rumbo – aunque es cierto que no hay que perder de vista que en el ámbito gubernamental todo programa no es perfecto… es perfectible-.
El combate de la pobreza exige más que transferencias gubernamentales. Hoy se exige atender con calidad factores de primera necesidad para los mexicanos, como lo son el acceso a la salud, la seguridad social, la educación, vivienda y la alimentación, además de mejorar las condiciones laborales y de salarios, así también, el incentivar la creación de cadenas de valor para más y mejores empleos, sin olvidar el fomentar de manera clara y honesta el emprendimiento de las y los mexicanos.
Lo que hay que hacer realmente para combatir la pobreza, es mucho más que solo incrementar el salario mínimo.
(*) Economista por la UAM y Maestro en Gestión Pública
cris_ranher10@outlook.com