¿Alguna vez has escuchado hablar del Cementerio de Père Lachaise en París?
Seguramente sí, pues es el cementerio más visitado del mundo. Yo escuchaba referencias del lugar por todos lados; que si en libros o en películas, que Père Lachaise por aquí, Père Lachaise por allá…. Y si hablamos en términos más locales, es uno de los sitios turísticos más grandes del 20ème arrondissement, justo cerca de Belleville.
Y tal vez te preguntarás, ¿por qué siendo un cementerio es tan popular?
Bueno, pues esta popularidad surgió a partir de 1817, cuando transfirieron la tumba de Molière, porque antes de eso, en sus inicios en 1804, se consideraba un cementerio de barrio humilde y los parisinos no querían ser enterrados allí.
Actualmente, una gran cantidad de figuras históricas yacen dentro como Delacroix, Edith Piaf y Oscar Wilde. También descansan algunos de los grandes nombres del cine y la comedia, la política y el ejército.
El ejemplo claro es el “Muro de los Federados” y la placa conmemorativa en honor a los soldados caídos en nombre de Francia, durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Asimismo, se encuentran numerosos personajes famosos, siendo la tumba del vocalista de “The Doors”, Jim Morrison la favorita de mi amigo Iván.
Cuando llegué a la capital francesa, este cementerio era uno de mis lugares importantes a visitar, aunque honestamente por cuestiones de “no sé qué con mi vida”, fue de los últimos sitios que visité.
Tal vez porque soy una persona asustadiza y la idea de ir directamente a un cementerio me sonaba so creepy. Pero ahora que lo pienso, al menos escribiendo este texto, creo que fue porque durante el invierno, cuando visité Las Catacumbas, vi enseguida aquel largometraje franco-estadounidense titulado “As Above, So Below” (Así en la Tierra como en el Infierno, en su traducción al español) y entonces decidí no morir de miedo nuevamente y demoré la visita del cementerio, dejándola casi hasta el final de mi estancia.
Desde luego, el cementerio de Père Lachaise es un sitio turístico al que puedes visitar durante el día y muchas personas van simplemente a leer, dibujar o escribir, esto debido a que en su interior tiene el encanto de un parque con árboles frondosos y pequeñas colinas, además de bellas esculturas.
Las personas aventureras como yo, que quieren llenarse de adrenalina a pesar de no ver bien en la oscuridad, lo visitamos al caer la noche. Es como estar en un pequeño laberinto, que si no prestas atenciones al sendero por el que vas caminando, podrías quizá pasar por la misma tumba una y otra vez. Y de repente notarás unos ojos que te observan, ojos por todos lados a tu alrededor, ¿te estás asustando?
Sin más son los gatos, pero que pueden darte un gran susto si te toman por sorpresa. Igualmente, es por la noche cuando los grupos de amigos se acercan a las tumbas de sus ídolos y hacen pique-niques, fuman y cantan. Une soirée parfaite! (una noche perfecta entre amigos).
Evidentemente, mi visita fue con mi mejor amigo, no podía ir con nadie más, él lo conoce perfectamente de “pe a pa”. Cuando estuvimos dentro simuló estar perdido para aprovecharse de mi miedo, y a pesar de ello no la pasamos genial. Y debo confesar que en esta foto al pie de página no sale ni La Chaise, ni es dentro del cementerio, pero la utilizo porque me hace recordar los mejores momentos de Iván. Lo extraño.
¿Y por qué se llama Cementerio de Père Lachaise? El nombre es en homenaje al jesuita francés François d’Aix de la Chaise conocido como père La Chaise, père significa padre en francés. Este religioso fue el confesor de Luis XIV, y ejerció mucha influencia sobre el rey principalmente en la lucha contra “el jansenismo”, que era la tendencia a abogar por la autoridad de los obispos, las regalías de la Corona y la limitación del poder papal en el siglo XVIII. El rey Luis XIV también tuvo un matrimonio secreto con Madame de Maintenon, llamada la reina secreta, y fue el padre La Chaise quien promovió y bendijo el matrimonio. Y por tener un papel significativo en la historia dentro de la Corona francesa, el cementerio lleva su nombre