Dolores Soto Madariaga, nacida en Tulancingo, en el año de 1869, es recordada en la galería del Centro Cultural, Ricardo Garibay a través de una exposición de sus pinturas que tienen que ver con paisajes, principalmente de la naturaleza y de algunos episodios que contemplan un entorno ligado a los tiempos posteriores a la Independencia de México y anteriores a los movimientos sociales, previos a la Revolución Mexicana.
La artista fue la primera mujer en graduarse de la carrera de Artes Plásticas en México, lo que le abrió camino al resto de contemporáneas de su época.
Uno de sus maestros fue José María Velasco, quien la nombró como su alumna predilecta, ya que además de su talento, siempre mostró una gran disciplina y dedicación a la pintura.
La técnica que usaba para sus obras de acuerdo con expertos, consistía en una técnica al óleo y pintaba en lienzo y en una especie de cartón, este último, al principio de su carrera.
Sin embargo, en su vida personal, Soto Madariaga estuvo llena de desavenencias pues tres de sus cinco hijos, dos de ellos menores y uno cuando tenía 27 años, fallecieron de diversas enfermedades.
Y en sus apuntes, escribió la frase: “Y no hubo nada de gloria artística; mi gloria fueron mis hijos”.
Sus cuadros, en su mayoría paisajes, destacaron en las exhibiciones escolares anuales. En esas muestras presentó trabajos de claroscuros, también copias de cuadros famosos, copias del natural, estudios de monumentos, que eran parte de los ejercicios que realizaba durante las clases.
Aunque ella se inclinó más hacia el paisaje, de igual manera pintó obra de carácter religioso, naturaleza muerta y retrato.
Cabe señalar que no existe mucha bibliografía de su vida y la mayoría de sus obras ni siquiera fueron comercializadas, sin embargo, queda la evidencia de la gran calidad en cada toque que le dio a sus cuadros.
Sus obras han sido expueste en Bellas Artes y diferentes museos de la Ciudad de México y también en galerías de Francia e Italia.
Omar Roldán Rubio, titular de la Dirección de Cultura en Tulancingo, dijo que bien vale la pena admirar sus obras, que por ahora se encuentran en forma permanente en el Centro Cultural, Ricardo Garibay.