Por Cristian Andrey Rangel Hernández

Amigo lector, en los espacios de opinión anteriores habíamos comentado que la inflación es el enemigo público número 1 de nuestros bolsillos, y esta no termina de dar tregua, puesto que ahora lanza otro fuerte golpe a las familias mexicanas quienes afrontaremos un regreso a clases, con aumentos en los útiles escolares no vistos en lo que va de este siglo.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), reportó que la inflación no perdonó a la producción y distribución de útiles escolares, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). La inflación de los artículos de educación fue de 8.19 por ciento anual en julio, la más elevada desde agosto de 2001; los cuadernos y carpetas presentaron un incremento de 13.97 por ciento; el dato más elevado desde marzo de 1997; el material escolar subió 9.17 por ciento interanual en julio, una variación no vista desde marzo de 2017, cuando aumentó 9.83 por ciento y los uniformes escolares registran la inflación más elevada desde 1995, con una variación anual a julio de 9.05 por ciento.
Hoy, la lista de útiles escolares costará al menos $1,600, los zapatos y tenis $1,200, los uniformes $1,900 y la mochila $500, estimando un regreso a clases por alumno de alrededor de $ 5,200 pesos, esto sin contar las llamadas aportaciones voluntarias (anteriormente cuotas escolares), lo cual indica que el regreso a clases será 30% más caro que el año pasado.
Este panorama significa para las familias un severo impacto económico en sus bolsillos, por lo que una alternativa será cambiar algunos hábitos de consumo de productos que pueden ser sustituibles, lo cual puede ser contraproducente y con un alto riesgo de que los niños regresen a clases con útiles chinos pues estará claro que, por un lado, los comerciantes para tratar de mantener los precios bajos recurrirán a vender mercancía china y los padres serán más propensos a comprar estos artículos.
Para reducir este impacto, la recomendación es que las familias opten por reutilizar cuadernos, lápices, plumas y demás material posible, para que únicamente se adquiera lo necesario: uniformes, zapatos, tenis y/o productos que implican un mayor costo y a su vez que las instituciones escolares empaticen con los padres de familia y soliciten para el primer día de clases únicamente lo necesario, dando un plazo razonable de entrega para el resto del material solicitado.
Una realidad económica que sin duda pone en aprietos a las familias mexicanas…

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