Uno de los principales medios de movilidad sustentable es la bicicleta. En los países Europeos como Dinamarca, Italia, Francia y los Países Bajos, por mencionar algunos, la bicicleta es un transporte cotidiano y de cierta popularidad.
Con esto se pueden notar las múltiples ventajas que ofrecen para la salud no sólo como un motivador físico al 100%, sino también funge dentro de lo emocional, y que se ve reflejado en la calidad de vida que se presenta en dichos países. Del mismo modo, los beneficios colaterales que brinda son el cuidado del medio ambiente y de la economía personal (o familiar), además de ser creído como un medio significativo por el cual podemos disfrutar de conocer diferentes lugares y con ello mucha gente.
La bicicleta siempre ha tenido un lugar privilegiado en Paris. Teniendo como dato histórico que la primera carrera de bicicletas del mundo, fue celebrada el 8 de diciembre de 1867, con 17 km desde la rotonda de los Campos Elíseos hasta Versalles.
En efecto, al tener diversos parques y jardines inmersos en la ciudad, y contando con extensas ciclovías y hermosas zonas verdes de los pueblos vecinos, el uso de la bicicleta ha sido aprovechado por todos los parisinos además de ser una alternativa ecológica también para los turistas, que desde el 2007 aproximadamente, gozan del implemento de las empresas de renta de bicicletas y tours turísticos alternativos.
De tal manera que cuando llegué a la ciudad de los deliciosos macarons, de las primeras cosas que hice, fue comprarme una bicicleta. Existen muchos eventos organizados para llevar una vida armoniosa en la cuidad y la misma municipalidad, realiza ventas de segunda mano, dando la oportunidad de que si tienes una bicicleta en buen estado y no la usas, puedas venderla, o si estas interesado en adquirir una, la compres a un muy buen precio.
Desde ahí la bicicleta se convirtió en mi transporte habitual: de casa al trabajo, de la escuela a casa, y ciertamente para salir y disfrutar de los magníficos paisajes que otorgan las calles parisinas y sus alrededores.
Vale la pena mencionar el bajo costo en mantenimiento. Es perfecto para los estudiantes ¡lo recomiendo!, y no importa la dirección que tomes, cruzar la ciudad o ir de un lado a otro, dicho de otra manera, no toma más de 40 minutos. Si hace calor disfrutarás plenamente, pero si hace frío no te preocupes, en menos de 5 minutos pedaleando entrarás en calor, sólo no olvides portar guantes.
En definitiva me gusta describir gloriosa que de rodada paso y de rodada voy, buscando los nuevos caminos que quiero recorrer, aquellos con los que aún no me he topado y ambiguamente no sé si cruzaré. Especulo los paisajes, el clima, la gente y me veo sonreír.
Con la bicicleta me siento en libertad, de poder llevar mi propio ritmo, de disfrutar mi propio camino, de contar muchas veces compañía, de hacer lo que quiero sobre estas dos ruedas que armonizan andar