El discurso que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, realizó este viernes para justificar el beso sin consentimiento que le dio a la jugadora Jenni Hermoso solo incentivó el escándalo y los reclamos para que abandone el cargo.
En su discurso, Rubiales trató de victimizarse, al afirmar que Hermoso “acercó su cuerpo” al de él y que “el piquito” fue acordado entre ambos. En su monólogo ofreció cargos y sueldos millonarios en vivo, insultó a la “lacra” del “falso feminismo” y, a los gritos y entre aplausos de otros dirigentes, advirtió que no iba a renunciar.
“El Sr. Rubiales sigue sin saber dónde está ni lo que ha hecho. No está a la altura. Debe dimitir ya y ahorrarnos el bochorno”, advirtió la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, quien consideró “inaceptables” las declaraciones del dirigente en la Asamblea de la Federación.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, por su lado, advirtió que Rubiales solo busca su impunidad. “Frente a ello, actúa Fiscalía y actúa el CSD (Consejo Superior de Deportes) para proteger a la jugadora, para decir no al machismo y para garantizar el derecho a la libertad sexual. Ahora más que nunca, Jenni Hermoso, no estás sola”, escribió.
Las condenas hacia Rubiales provinieron desde todos los sectores, ya que su caso se ha convertido en uno de los mayores y más visibles ejemplos de desigualdad y abuso machista de los últimos años en España.
“Un cerdo hasta el final”, anotó la escritora Maruja Torres, mientras que el exfutbolista y campeón mundial Iker Casillas lo resumió en: “Vergüenza ajena”.
En los mensajes en redes sociales predominaron las palabras “asco”, “repugnante”, “machista” y también se replicó una fuerte condena a quienes aplaudieron a Rubiales en la conferencia de prensa, entre ellos los seleccionadores de los equipos nacionales masculino y femenino, técnicos y otros dirigentes.
“Toda la prensa internacional indignada con la actitud de Rubiales, la inmensa mayoría de la sociedad española asqueada con el abuso y machismo de este personaje y mientras, los asistentes de la asamblea, aplaudiendo un mundo machista que se derrumba ante ellos. Debe ser cesado”, escribió el actor Juan Diego Botto.
“La asamblea se pone en pie y le ovaciona. La Federación Española de Fútbol es una pocilga”, añadió un usuario. “Rubiales está demostrando que no ha entendido una mierda, que no pretende hacerlo y que sigue pensando que él es la víctima. Es un ejemplo perfecto de la borrachera de los poderosos, del machismo estructural y de la razón del feminismo”, escribió otra.
Otras de las manifestaciones inmediatas han sido las del exportero de la selección masculina de fútbol, Iker Casillas, que ha utilizado solo dos palabras, “vergüenza ajena”, y las del jugador del Betis Héctor Bellerín, que fue aún más contundente.
“Es de auténtica vergüenza lo que está pasando. De representar a nuestro país con esa vulgaridad, tergiversar declaraciones de la víctima y encima tener el coraje de culpabilizarla a ella pasando a victimizarse por haber cometido un abuso, son hechos de los que alguien no puede quedar impune”, sostuvo Bellerín.
ACT