El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha anunciado este lunes que Moscú pone fin a las negociaciones con Tokio sobre un tratado de paz, junto a otra serie de medidas, a consecuencia de la “evidente naturaleza hostil” de las sanciones unilaterales introducidas por Japón contra Rusia por su operativo militar en Ucrania.
“La parte rusa, en las condiciones actuales, no tiene la intención de continuar las negociaciones con Japón sobre un tratado de paz debido a la imposibilidad de discutir la firma del documento, fundamental para las relaciones bilaterales, con un estado que toma posiciones abiertamente hostiles y busca dañar los intereses de nuestro país”, reza el comunicado del organismo.
En paralelo, para los ciudadanos japoneses llega a su fin la posibilidad de viajar a Rusia sin el requerimiento de un visado. Una ventaja que tenían y que quedó establecida, hasta ahora, con dos pactos. El primero, “sobre la base de acuerdos de intercambios sin visado entre las islas Kuriles del Sur, en la Federación de Rusia, y Japón”, datado del 1991 y el segundo, que se firmó para “facilitar el máximo las visitas de antiguos residentes japoneses de las Kuriles del Sur a sus antiguas residencias”, firmado el 1999.
Además, Moscú abandona su diálogo con Tokio, destinado a establecer actividades económicas conjuntas en las islas Kuriles del Sur, y bloquea la extensión del estatus de Japón como socio de la Cooperación Económica del Mar Negro (BSEC, por sus siglas en inglés) “en el diálogo sectorial”.
“Toda la responsabilidad por el daño a la cooperación bilateral y a los intereses del propio Japón recae a Tokio, que optó deliberadamente por una postura antirrusa en lugar de desarrollar una cooperación mutuamente beneficiosa y una buena vecindad”, concluye el Ministerio.
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