Por Arturo Hernández Cordero

Un nuevo escándalo político ha salido a la luz esta semana y ha generado controversia a nivel nacional, tras la difusión de un video en el que se observa a dos funcionarios, hoy integrantes del gabinete de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores y a una senadora morenista, recibiendo cuantiosas cantidades de dinero en efectivo.
Tales hechos habrían tenido lugar antes de las elecciones estatales de junio del 2021 (en las cuales se impuso Sansores) en el Palacio de Gobierno de Campeche.
Los funcionarios en cuestión salieron a internar aclarar lo sucedido en el video, ofreciendo explicaciones inconsistentes en torno a ello. En un principio no parecían ponerse de acuerdo sobre si se trataba de un “pago de impuestos” o si el dinero en efectivo, iba a ser destinado como incentivo económico para los habitantes de comunidades marginadas de Campeche.
Sansores, por su parte, recurrió a la victimización habitual que caracteriza a los allegados morenistas, cuando se ven implicados en un escándalo político y afirmó que se trataba de una campaña de desprestigio, en su contra impulsada por el líder priísta Alejandro Moreno y por la cadena Televisa.
No obstante, de las explicaciones inconsistentes ofrecidas por Sansores y los integrantes de su gabinete, las dudas sobre la procedencia y el destino de semejante cantidad de dinero (alrededor de un millón de pesos en efectivo, según se aprecia en el video), siguen latentes en la opinión pública.
La difusión del material audiovisual mencionado, se suma a una larga lista de polémicas en las que la Gobernadora se ha visto inmiscuida; pues desde su época como alcaldesa de Álvaro Obregón, se han presentado indicios de prácticas poco ortodoxas y de dudosa legalidad: desvío de recursos, intervención telefónica a sus adversarios políticos y faltas a la ley electoral, forman parte del cúmulo de artimañas que se le atribuyen a la política morenista.
Aunque los medios afines a MORENA han tratado de restarle importancia al suceso, Layda Sansores se perfila como una de las figuras morenistas más cuestionadas y adversas para la imagen de un partido que ha basado su legitimidad en cuestionar la ética de su oposición

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