El 5 de febrero de 1984, Santo el Enmascarado de Plata había fallecido. Esta noticia impactó de inmediato en todos los sectores de México y en ese momento, se entendió que detrás de esa legendaria máscara había una persona que, también, era de carne y hueso.
Sí, aquel héroe mexicano, orgullo de Tulancingo, ídolo de chicos y grandes, estrella del cuadrilátero que llenaba arenas, héroe de las pantallas chica y grande, de las revistas, quien salió victorioso al enfrentarse a vampiros, hombres y mujeres lobos, monstruos, extraterrestres y mafiosos, también tenía que partir al viaje sin retorno.
A 37 años de su fallecimiento, la imagen de Rodolfo Guzmán Huerta sigue vigente, quizá porque representa un símbolo de la justicia porque ayudaba al débil, por su sencillez, por su indumentaria, por su fortaleza, etcétera.
Andrés Gómez Márquez, luchador tulancinguense mejor conocido como “El Copetes Gómez”, define al “Enmascarado de Plata”, lo recuerda…
Fueron tardes y noches inolvidables cuando venía a Tulancingo…El Santo, sí era profeta en su tierra.
“Fuera del ring y en los vestidores era muy amable, cuando llegaba nos saludaba y nos daba ánimos para hacer una buena lucha, yo no peleé contra él, pero si fue mi compañero en muchas ocasiones, era muy ágil, tenía una gran técnica.
Santo “El Enmascarado de Plata”, nació en Tulancingo el 23 de septiembre de 1917.
Su vida profesional tanto en el cine como en el pancracio, estuvo llena de éxitos. Sus películas eran tan taquilleras, que se podían comparar con los más espectaculares estrenos de Hollywood, incluso cuando se presentaba en alguna ciudad para luchar, eran llenos impresionantes.
A su retiro, en 1982, se dedicó a dar conferencias y también formaba parte del elenco del Teatro Blanquita, en la capital del país, donde participaba como escapista.
Una semana antes de su deceso, se presentó en el programa “Contrapunto”, que se transmitía por el Canal 8 de Televisa, conducido por Jacobo Zabludowsky. Durante una semana, se abordó el tema: Lucha Libre, ¿Circo Maroma o Teatro?
En el panel estuvieron gladiadores como El Perro Aguayo, Ringo Mendoza, Mocho Cota, Blue Demon y por supuesto, el luchador tulancinguense.
Antes de concluir con el último programa, “El Santo” sorprendió a propios y extraños, al descubrir su rostro, lo que metafóricamente se define hasta la fecha como un presagio de su partida.
En el año 2009, las autoridades en turno, teniendo como invitado a El Hijo de El Santo, develaron una estatua en honor de “la leyenda”, que se convirtió en un referente de Tulancingo