Hace unos días –en el periodo de intercampañas-, se intensificó el ambiente electoral en el estado de Hidalgo. Resulta que salió a escena un panfleto, en donde supuestamente el candidato de Morena, desdeña el papel de las mujeres en la sociedad.
Lo anterior parece inaudito en cualquier dirección, porque justo en estos días no se puede hacer campaña. Sería un despropósito que cualquier persona que pretenda ser candidato, mande a imprimir folletos teniendo en cuenta que la sanción a tal conducta es el retiro de la candidatura.
Nadie en sano juicio lo haría. Por eso resulta tan falsa como un billete de dos dólares que alguien a estas alturas realice ese exabrupto.
De cualquier manera, para ir calentando motores, intereses desconocidos consideraron pertinente hacer un pasquín y repartirlo a nombre del abanderado morenista. A lo anterior, se sumaron una serie de mensajes de personajes políticos, tratando de hacer olas con esa mala estrategia.
Este es el primer episodio de una serie de acontecimientos que seguramente explorarán esta vía. La diatriba, es harto utilizada en campañas por aquellos que sienten que todo está perdido y que no hay más forma de actuar, que aventando lodo hacia todos lados.
Sin escrúpulos, estos genios del marketing político están dispuestos de carcomer todo para ver que pueden recolectar a través de la guerra sucia. Cuestión que no favorece a nadie y menos contribuye a la construcción de ciudadanía.
No podemos ser ajenos a los intereses que tienen aquellos que pretenden incendiar todo, utilizar todas las artimañas con tal de capitalizar con votos aquello que no pueden consagrar con ideología y compromiso democrático.
En Hidalgo, hemos tenido una historia negra en ese sentido. No tiene mucho que unos días previos a la jornada electoral las autoridades ingresaron de manera violenta a las instalaciones que ocupaban el equipo de campaña de una candidata para llevarse el equipo de cómputo. Aquello ocurrió cuando Xóchilt Gálvez competía por el gobierno del estado.
También pocos días antes de los comicios se descubrió una bodega llena de propaganda negra contra todos los partidos políticos – menos el PRI – en una imprenta muy cerca del Instituto Estatal Electoral. Ahí no había mucho que investigar porque solo un partido político se podía beneficiar con aquella propaganda falsa.
Pero en los dos casos no pasó nada, no hubo detenidos, ni grandes cambios en el escenario electoral. Siguió el partico mayoritario en el gobierno sin perder su margen de maniobra. No obstante, se supone que con los años hemos alcanzado la maduración cívica.
Pretendemos ser más civilizados en el ejercicio del poder. Dejando a un lado las fobias y las filias. Tratando de hacer conciencia que el mandato popular es el que cuenta más allá de las pasiones partidistas y de grupos.
Por eso vale la pena alzar la voz para pedir una contienda electoral de altura. De la misma proporción que debe tener la ciudadanía a la hora de hacer una evaluación de los perfiles que están dispuestos a competir por el gobierno.
Ojalá que estos actos estatura ínfima se queden en la anécdota y lo que cuente al final del día sean las capacidades de quienes ahora aspiran a tomar las riendas del estado de Hidalgo.
2010_enrique