La región Tulancingo, hace 25 años vivía un momento difícil que puso a prueba la solidaridad de sus habitantes, así como la reacción de las autoridades de los tres órdenes de gobierno ante contingencias meteorológicas, al recibir lluvias atípicas durante los primeros días de octubre de 1999.
Las precipitaciones pluviales que se registraron el 2 y 3 de octubre de 1999, parecían propias de la temporada; sin embargo, las condiciones meteorológicas se dieron para que la formación de una vaguada, es decir, una masa de aire frío se topara con una masa de aire cálido, lo cual provocó el ascenso del aire cálido y húmedo, generando lluvias abundantes durante tres días consecutivos.
De acuerdo con las lecturas de lluvia acumulada de la estación meteorológica, dependiente de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), ubicada en la colonia Guadalupe, el lunes 4 de octubre se presentó una precipitación pluvial de 66.4 milímetros (mm), lo cual provocó que el cauce del Río San Lorenzo y el Río Chico, así como el de los diferentes drenes, comenzaran a crecer.
En las siguiente 24 horas, la vaguada descargó la mayor cantidad de lluvia, 164 mm, según registros de dicha estación y ocasionó que la madrugada del 5 de octubre, se desbordara el Río San Lorenzo y posteriormente los demás cauces.
La lluvia persistía y el 6 de octubre, se tuvo un registro de 79.3 mm de lluvia, dejando inundadas varias colonias de Tulancingo, como: La Estrella, Jardines del Sur, El Cerezo, La Escondida, Huapalcalco, San Nicolás, San Antonio Farías y Santa María El Chico, entre otras, todas con pérdidas cuantiosas, pues el agua alcanzó en algunos puntos más de 1.5 metros de altura.
En total, durante esos tres días de abundantes precipitaciones pluviales, cayeron 309.7 mm, es decir, llovió más de la mitad de lo que llevamos de enero a septiembre de 2024, cuyo registro es de 546 mm

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