Jesús Vera, líder de la Central de Delegaciones de Obreros, región Tulancingo, comentó que tras los embates de la pandemia por Covid-19, este sector se ha recuperado, aunque económicamente todavía no llegan al nivel ideal.
“Esto no quiere decir, que ya se acabó la pandemia; tenemos que seguir previendo muchas cosas, sobre todo los riesgos sanitarios para evitar contagios”.
Durante estos tres años de contagios por el virus SARS-CoV-2 –agregó el entrevistado-, hubo pérdidas humanas en este gremio y actualmente, el sindicato está integrado por al menos tres mil trabajadores y son siete fábricas las que aún subsisten.
Dijo también que pese a estas adversidades, hay empresarios que han hecho grandes esfuerzos por sostenerse, pero otros desafortunadamente han tenido que cerrar sus puertas.
En el mismo sentido, algunos empresarios tuvieron que modificar el tipo de producción, para mantenerse en el mercado.
Respecto a la aprobación de la Ley que establece una nueva jornada laboral, con dos días de descanso y una reducción que pasa de 48 a 40 horas, expresó que habrá que analizar muy bien el salario, ya que tiene que ajustarse a estos tiempos.
“Se tiene que hacer un estudio real, todos quisiéramos un aumento, pero que fuera más equitativo, pues si el sueldo para los trabajadores aumenta, lo mismo aumenta la canasta básica y es muy difícil subsistir”, concluyó