Hace unos días me invitaron a dar una plática aun grupo de estudiantes de secundaria; las directivos de la institución educativa me solicitaron “sexualidad en el noviazgo”. Estos temas no son ajenos a mi quehacer profesional sin embargo; a pesar de que la ponencia ya la tengo trabajada desde hace un tiempo, esta vez decidí darle un giro.
Porque en los acercamientos con jóvenes y adolescentes me doy cuenta de que el tema de las relaciones sexuales ¿Cómo?, ¿Por dónde? Y las consecuencias ya las tienen un poco estudiadas
Sin embargo tienen dudas sobre su identidad, pero sobre todo me doy cuenta dela necesidad que tienen de vincularse en relaciones emocionalmente responsables.
Es decir, lo que he visto es que las juventudes han tomado el tema de relacionarse desde la bandera de “Amor libre”, de hecho el concepto de “Noviazgo” es completamente diferente al que conocimos las personas adultas. Ahora si a los adolescentes les preguntas si tienen novi@ te diran en la mayoría que no, aunque tengan una relación. La categoría de noviazgo es un nivel ya casi casi de matrimonio.
Y no está mal que le teman a un compromiso de “formalidad” (matrimonio) porque muchas generaciones vivieron el noviazgo desde los “debes” que dictaba el concepto, que no eran acordados pero que estaban implícitos. Fidelidad, exclusividad, tiempo, detalles, presentaciones familiares, entre otras cosas ya estaban dadas por hecho. De tal forma que muchas generaciones se vieron obligadas a cumplir y no funcionaba del todo; porque al final se rompían muchos de estos acuerdos implícitos.
Pero la radicalidad de las nuevas generaciones es que le quitaron la obligatoriedad y dejaron sin “responsabilidades” a las relaciones. Porque, independientemente del nombre o no que le pongan al vínculo o a la relación siempre tendrá que llevar acuerdos. De lo contrario cada miembro de la relación entiende lo que le favorece y se queda expectante de la otra persona; lo cual lleva a las inseguridades y hasta la violencia.
Entonces, en mis conferencias he decidido hacer énfasis no solo en que las relaciones sexo-afectivas deben ser seguras y protegidas; sino también en que cualquier tipo de vínculo o relación sea sólo sexual, solo afectiva, sexo-afectiva, en monogamia o en relaciones abiertas; deben ser éticamente responsables. Sabiendo que son necesarios poner claros los acuerdos, las negociaciones y los consentimientos; que se deben minimizar los daños emocionales tanto propios como de otras personas.
Por juventudes que vivan su sexualidad segura, responsable y placenteramente.