“I created this bookstore like a man would write a novel, building each room like a chapter, and I like people to open the door the way they open a book, a book that leads into a magic world in their imaginations.” —George Whitman
Esta semana seguiré un poco con el tema de los libros y las lecturas. Había mencionado la librería Shakespeare and Company y hoy les contaré su historia.
Considerada como una de las librerías más bonitas del mundo, este pequeño establecimiento se encuentra ubicado en el número 37 de la calle Bûcherie, en el quinto distrito parisino. Su creador es George Whitman, un norteamericano que amaba viajar y se fue a vivir a Paris.
Desde los años 50’s, la librería Shakespeare and Company ha permanecido en el mismo lugar y el entorno que la rodea es tan bohemio y romántico, como la ciudad misma. Alrededor se encuentran pequeños restaurantes, cafés y brasseries que se favorecen de una hermosa vista junto a un gran jardín, además está cerca de la Catedral de Notre-Dame, la Plaza de Saint-Michel y por supuesto frente al Río Sena.
Esta librería es uno de los centros culturales más importantes de Paris y su popularidad se debe no sólo a que contiene el mayor catálogo de literatura anglosajona de la capital francesa, sino que dispone de obras de grandes exponentes literarios como Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y James Joyce, quienes en su época se pasearon por los pasillos de este atractivo lugar y que hasta la fecha los visitantes veneran.
Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo cerrada, pero en su reapertura grandes escritores, artistas e intelectuales como Henry Miller, William Burroughs y el mismo Julio Cortázar, visitaron frecuentemente este importante centro literario.
De hecho, muchos fueron invitados a dormir y fue así como nacieron los “Tumbleweeds”, insólitos huéspedes que entre pilas de libros y modestas camas, disfrutaban de un alojamiento literario con olor a tinta que despertaba su imaginación y que sin duda iluminaba sus inquietantes almas artísticas. De ahí que, sin importar el día que vayas, siempre encontrarás turistas tomándose fotos en la fachada principal, artistas plasmando los pintorescos momentos de las calles parisinas y mucha gente leyendo a los alrededores.
En la entrada, hay una antigua fuente de agua potable y un grabado con palabras de su fundador que anticipan las posibles sensaciones de la visita. En el interior, la primera sección es para los turistas que buscan libros de la ciudad, pero una vez dentro encuentras una variedad de libros en diferentes secciones, y aunque muchos de ellos son únicamente para leer en el sitio, muchos otros los podemos comprar.
Al fondo del lado derecho se encuentran unas escaleras que dan acceso al segundo piso y en todas ellas encontraremos anuncios, frases y citas que van dejando los visitantes. También en la parte alta se encuentra el piano, que le da un toque mágico al lugar, y son los mismos visitantes quienes lo pueden tocar.
Algo peculiar de esta librería, es que pone en práctica la compra-venta de libros de segunda mano, por lo que se pueden encontrar grandes ejemplares a un buen precio, casi siempre en el stand del exterior. Y qué decir de los innumerables eventos artísticos que se organizan y acogen a miles de fanáticos del arte; o bien de las apariciones que ha tenido en la gran pantalla.
En pocas palabras es un lugar que inspira, y de ahí he adoptado su filosofía de “no seas inhospitalario con los extraños, puede que sean ángeles disfrazados.”

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