Llevamos siglos usando ropa, cubriendo nuestros cuerpos en función a lo dictado por las normas sociales, de género y estética. Nacemos desnudos, nos cubren; y cuando es necesario desvestirnos no podemos porque vamos cargando prejuicios, miedos y vergüenzas que nos hacen que no estemos orgullosos de nuestros cuerpos.

La desnudez a través de la historia ha tenido muchos matices. Las primeras apariciones de la raza humana fueron al desnudo, se cubrían los cuerpos por las inclemencias del tiempo, y no había moda ni género al vestir, era suficiente la piel de algún animal para generar el calor necesario para sobrevivir. En las primeras civilizaciones como la egipcia, la vestimenta se usaba en función del rango, y comenzaba la distinción entre hombres y mujeres. La desnudez se mostraba sólo en actos privados y ceremoniales.

Por su parte los griegos y romanos, fueron culturas que adoraban el cuerpo y si bien la población andaba vestida, en las esculturas, vasijas y pinturas la desnudez y la perfección de los cuerpos era predominante. Existían los baños públicos, y el cuerpo se exponía completamente desnudo ante otros.

Después del esplendor de las culturas Grecorromanas, y con el auge de la religión judeo-cristiana el cubrirse con ropa y la desnudez comenzó a tomar un sentido religioso; de tal forma que vestirse estaba en función de los mandamientos religiosos y la desnudez como símbolo de malo y/o pecado. Y es a partir de esto que las culturas comienzan a formarse a partir de usar ropa para las clasificaciones: hombre – mujer, clase alta – clase baja; Persona decente – Persona indecente; etc.

Con estas implicaciones que comienza a tener el estar vestido o desnudo, la sexualidad y la expresión corporal de las personas comienzan a transformarse; y entonces es cuando surgen cuestionamientos sobre si el cuerpo es estético o no, si el mostrar el cuerpo es malo o no.

Hoy en día y con todo el bombardeo publicitario en función de intereses comerciales y de control de masas, muchas personas son incapaces de verse o mostrarse desnudas. Vemos en medios de comunicación cuerpos estilizados digitalmente que nos hacen avergonzarnos de nuestro propio cuerpo.

Las mujeres hemos crecido con la idea de que mostrar o no mostrar el cuerpo es cuestión de respeto; si nos cubrimos más somos más respetables; mientras menos ropa usemos seremos menos respetadas. Los hombres por su parte crecen con la idea de que pueden mostrar su cuerpo a placer, sin cuestionarse si a terceros les incomoda o no (y vemos muchos hombres sin playera o camisa enseñando grotescamente su dorso).

La sexualidad que en mucho es corporalidad, se ve severamente afectada con las ideas de pecado ante la desnudez y ante los efectos de la moda. Por un lado la moda actual implica ser “sexys” pero no “putonas” (para las mujeres) entonces la pregunta estresante para muchas es ¿Cómo debe ser la vestimenta para no caer en lo vulgar o atrevido? Y por otro lado, la desnudez ente otros; aún muchas mujeres tienen relaciones sexuales con ropa o en la obscuridad; por el miedo a mostrar su cuerpo ante otros.

Los hombres por su lado, hoy en día comienzan a sentir la presión social de tener un cuerpo estilizado y atlético. En generaciones anteriores era muy común ver a hombres maduros con panza y pasaban desapercibidos; hoy ya tienen que cuidar su apariencia. Y como aún hay muchos mitos y tabúes en cuanto a la homosexualidad entonces la desnudez masculina ante otros hombres tiene sus reservas.

La verdad es que la desnudez es un estado que se debe disfrutar; evidentemente no puede ser en todos los lugares, no con toda la gente. Pero la idea es que acatando el respeto a otros, sería bueno que no nos avergonzáramos de nuestro cuerpo y nos atreviéramos a mostrarlo sin pena ni culpa a aquellas personas como hijxs y pareja.

La sexualidad y la vida misma serían mejor si los cuerpos se disfrutarán en plenitud vestidos y desnudos.

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