Dentro del sistema financiero mexicano, existen las Sociedades Financieras Populares (Sofipos) quienes se han convertido en la joya de la corona, en cuanto a servicios financieros para los mexicanos desatendidos por la banca tradicional.
Estas sociedades anónimas de capital variable, operan bajo autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores mediante la ley de ahorro y crédito popular y su objetivo, es promover la captación de recursos y su colocación mediante préstamos o créditos al público en general, clasificándose en cuatro niveles:
Nivel I; hasta $122,076,030 pesos; nivel II, entre los $122,076,030 y $406,920,100 pesos; el nivel III va de los $406,920,100 a los $2,278,752,560 pesos y el nivel IV es mayor a los $2,278,752,561 pesos.
Y en sus cuatro niveles de operación, cuentan con un fondo de protección para garantizar la seguridad del recurso de sus clientes.
¿Cómo se cuál es una Sofipo? Actualmente escucharás hablar con frecuencia de Klar, Finsus o Un, quienes en nuestro país ofrecen productos similares a los de los bancos convencionales como créditos, préstamos, tarjetas de débito y cuentas de ahorro.
¿Por qué invertir en Sofipos? A la hora de ahorrar, la parte principal es proteger nuestro dinero de los fenómenos como la inflación y elegir la opción que haga crecer nuestro dinero; en este sentido los bancos ofrecen rendimientos de entre 5 y 10% anual, los Cetes del gobierno 11.12% en plazos de 3 meses o 91 días, pero las Sofipos prometen tasas anuales de entre 14 y 18%, además de brindar la posibilidad de tener el dinero disponible todo el tiempo que se requiera.
Actualmente, existen 36 Sofipos autorizadas, que operan en el país y dos que no se encuentran operando, las cuales puedes consultar en la página de la CONDUSEF.
Y ahora, conociendo todo esto, ¿Hay riesgo de mantener mi dinero? Este existiría en caso de una salida masiva de recursos. Las sofipos, pues quedarían expuestas a no poder cumplir sus obligaciones financieras y el segundo riesgo, es que la inversión en Sofipos no está protegida en su totalidad.
En caso de que la entidad financiera no tuviera el suficiente capital para cumplir con sus obligaciones o llegara a disolverse, el cliente tiene derecho a un seguro previsto en la Ley de Ahorro y Crédito Popular, en su artículo 105.
Sin embargo, la realidad es que estos instrumentos financieros en la actualidad, se han consolidado como el vehículo más útil para ofrecer servicios financieros digitales.