Por Cristian Andrey Rangel Hernández (*)

La política cambiaria es responsabilidad de la Comisión de Cambios. Dicha política esta integrada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y del Banco de México. A finales de 1994, la Comisión acordó que el tipo de cambio fuera determinado libremente por las fuerzas del mercado (tipo de cambio flexible o flotante).
Lo anterior derivado a que la política cambiaria de años anteriores, aunado a la poca capacidad de reacción de los gobiernos en turno, llevaron al país a vivir los tristes capítulos de fuertes devaluaciones de nuestra moneda, que originó la ruina de la noche a la mañana, para gran parte de los mexicanos de aquellos años.
Esta política cambiaria vigente, aunada a la estructura de la economía del país inmersa en la globalización, la gran cantidad de tratados de libre comercio vigentes con otros países y la fuerte relación con la economía estadounidense, hace que el tipo de cambio en nuestro país fluctué más, por factores de economía internacional, que por economía local.
En el mundo, las transacciones internacionales se realizan en monedas de economías estables y fuertes (dólar u euros). Sin embargo, el peso es la moneda líder de los mercados emergentes; es decir, nuestra moneda compite con otras de países como Argentina, Turquía, Brasil, por lo tanto, al tener por varios años ya una economía sólida y estable, con margen de maniobra ante los shocks económicos externos, gran cantidad de transacciones internacionales se realizan en pesos mexicanos, es decir transacciones con nuestra moneda que ni siquiera pasan por nuestra economía.
Lo anterior hace que todos los días el tipo de cambio peso-dólar este cambiando y este, sea el reflejo del movimiento internacional de transacciones realizado con nuestra moneda. Sin embargo, lo que hoy vemos no es un súper peso.
No nos dejemos engañar. No es ningún éxito político. Es producto de la mejora en la expectativa de indicadores internacionales, de una recuperación de la economía mundial, específicamente que se prevé inflación más baja en EU, lo cual deriva en que la Reserva Federal del Tesoro estadounidense bajará sus tasas de interés, significa que el dólar se depreció ante todas las monedas internacionales; es decir, el peso no ganó terreno; el dólar perdió valor respecto a todas las monedas, por una mejora en los indicadores económicos estadounidenses.
Esta “fortaleza” es temporal y en gran parte también es resultado, del alza de las tasas de interés hechas por el Banco de México desde mediados de 2021 r

(*) Economista por la UAM y Maestro en Gestión Pública
cris_ranher10@outlook.com

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