Por Arturo Hernández Cordero

Esta semana se ha hecho oficial una inversión que desde ya, se augura que le dará un impulso industrial a México sin precedentes y que se perfila como el acceso definitivo del país a la producción masiva de tecnologías en el creciente mercado de los automóviles eléctricos.
La empresa estadounidense Tesla, liderada por el magnate sudafricano Elon Musk, ha decidido llevar a cabo, una inversión de cerca de 4,500 millones de dólares en el país y construirá en la Zona Metropolitana de Monterrey una gran “Gigafactory”.
Las negociaciones entre Tesla y el Gobierno Federal, no resultaron sencillas debido a la renuencia del presidente López Obrador, por autorizar la construcción de la planta en Nuevo León, alegando la falta de agua que ha experimentado la Entidad en los últimos años, debido a la sequía y a su crecimiento demográfico. No obstante, tras explicar Elon Musk a fondo el proyecto y las características de la planta (con un impacto ecológico mínimo), se llegó a un acuerdo con el Gobierno de México que fue anunciado por AMLO y por el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, el pasado martes.
La negativa inicial de AMLO porque la planta se construyera en Nuevo León (entidad tradicionalmente industrial), parecía tratarse más de un capricho presidencial con miras a favorecer a alguna entidad del sur del país con gobierno morenista y a la vez, propinarle un revés político a Samuel García, que de una genuina preocupación por el abasto de agua en Nuevo León.
Fue la posibilidad de que la enorme inversión de Tesla, se fuera hacia otro país y el impacto negativo que esto tendría para la imagen de AMLO tanto interna como externamente, hicieron desistir al Gobierno Federal de seguir poniendo trabas al proyecto.
Las ventajas que supone el nearshoring para el país, empiezan a verse a gran escala con la próxima instalación de la planta, por tanto el desacierto que habría supuesto rechazar a Tesla, no solo se habría visto reflejado en los empleos desaprovechados, sino que también habría afectado la confianza de las grandes corporaciones en México como referente en producción automotriz

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