La inauguración de los Juegos Olímpicos ha sido un evento visto a nivel nacional cuya inauguración ha causado grandes molestias a lo largo del mundo, por la que pudiera ser interpretado como una interpretación de la obra de la “Última Cena” de Leonardo Da Vinci.
En primer punto, me parece importante sostener que la tolerancia implica respetar no solo las ideologías y creencias de todas las personas sino comprender que nuestra libertad o incluso la posibilidad de publicitar ciertos comportamientos que pueden ser considerados como la imposición de una ideología sobre otra o la idea de menospreciar una ideología o creencia ajena.
Por tanto, he aplaudido no solo actos de igualdad y de discriminación positiva que han permitido la visibilidad de grupos que tradicionalmente fueron olvidados.
Sin embargo, visibilizar un grupo me parece que no puede ser participe de un tipo de discriminación ni menosprecio a un grupo diverso.
Hemos de señalar que desde hace años el mundo ha trabajado por un participación y manifestación de ideas respetuoso de cualquier ideología y creencia.
En consecuencia, me parece que, si fue un error la imagen que tanto ha sido criticada puesto que, si bien puede ser o no ser ofensiva para un grupo de personas lo cierto es que, ello implica un respeto hacia una ideología y creencia ajena que si no es compartida si debe de ser respetada.
No podemos justificar actos intolerantes con ninguna excusa ni pasada ni de analogía puesto que, una falta de respeto y una intolerancia lo es sin importar ni quien la realiza ni hacia quien la realiza y mucho más grave me parece querer intentar pasar desapercibido, los errores pasados no debieron de ser invisibilizados y los presentes mucho menos no podemos permitirnos como humanidad discriminar y crear una intolerancia hacia ningún grupo, me parece que el paso fundamental es eliminar cualquier tipo de intolerancia no intentar crear nuevas.
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