Históricamente, nuestro país experimentó sistemas de gobierno que plasmaron episodios de ingobernabilidad y marcadas luchas sociales, hasta llegar a constituir y consolidar un sistema de gobierno caracterizado por la división de poderes, distribuyendo el poder en tres ámbitos: legislativo, ejecutivo y judicial; esto con el objetivo de garantizar el control mutuo, así como la defensa de las libertades democráticas.
El pasado viernes, comentaba que la relación de la democracia con la economía y la importancia de emitir el domingo 2 de junio de manera responsable el ejercicio del voto, al cual todos los mexicanos mayores de edad tenemos derecho, garantizaba la división de poderes de una manera equilibrada.
Sin embargo, los resultados del ejercicio democrático se caracterizaron por el triunfo contundente de Morena y sus aliados, quienes en la Cámara de Diputados lograron quedarse con el 62 por ciento del total de legisladores, es decir una mayoría garantizada, lo cual pone a Morena en el control de dos de los tres poderes de nuestro sistema de gobierno.
Señal que sin duda causó eco en las expectativas económicas del país, puesto que el resultado electoral implicó que los inversionistas tuvieran más preguntas que respuestas, afectando directamente el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, cayendo cerca del 6.1 por ciento, siendo la peor caída para un solo día ni en los tiempos de la pandemia y el tipo de cambio peso- dólar, sufrió incrementó en 4.4 por ciento, dato no visto desde marzo de 2020.
Esta situación ¿qué significa? Que los inversionistas no ven con buenos ojos, el control de Morena de dos de los tres poderes. No fue sorpresa el triunfo de Claudia Sheinbaum, lo que resultó inesperado fue el margen que obtuvo y los resultados de las elecciones para diputados y senadores, lo cual hace pensar que tanto las reformas constitucionales propuestas por el presidente López Obrador el pasado 5 de febrero; incluyen una profunda transformación de los poderes públicos, como las que pueda proponer la presidenta electa y que serán aprobadas tranquilamente.
Con esto, en automático se eliminan contrapesos a la presidencia de la república, generando esa turbulencia puesto que los inversionistas consideran que sus inversiones se encuentran en riesgo, ante ello, la “presidenta electa” mando un mensaje de tranquilidad a los mercados al anunciar la continuidad del actual secretario de hacienda y crédito público, queriendo mostrar una imagen de que la política económica no iba a sufrir ningún cambio de raíz y con ello darles esa confianza a los inversionistas de no retirar sus capitales de nuestra economía.
Amig@ lector, si el tema por sí solo es delicado, ahora tenemos que analizar profundamente todo este panorama, ya que estamos viviendo una excesiva concentración de poder en el Ejecutivo, en donde las consecuencias pueden ser incalculables.