Es un hecho: el ex presidente Donald Trump y el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, volverán a verse las caras en un nuevo proceso electoral. El próximo 5 de noviembre, Donald Trump en representación del Partido Republicano, intentará volver a la oficina oval, aprovechando la pérdida de confianza generalizada del electorado estadounidense, hacia las facultades del octogenario presidente Biden, en representación del Partido Demócrata.
Además, el Senado y el Congreso de EE.UU., serán renovados en dicho proceso electoral al que sin lugar dudas, estará al pendiente toda la comunidad internacional, dada la crisis geopolítica global que impera a día de hoy.
A pesar de la derrota de Trump en el 2020 y que este viera prácticamente extinta su carrera política a causa de las polémicas legales en las que se vió inmiscuido en estos cuatro años, parece que el magnate de Nueva York ha resurgido con gran fuerza y se posiciona como eventual favorito a imponerse en las elecciones de noviembre.
Lejos ha quedado la confianza que el electorado demócrata depositó en Biden y que lo llevó a la Casa Blanca, en medio de una ola de movimientos progresistas suscitándose en Estados Unidos, durante la época de pandemia; con Biden a la cabeza del gobierno, Estados Unidos perdió liderazgo internacional que desencadenó en conflictos bélicos al rededor del mundo, experimentó una crisis inflacionaria no vista en décadas, una pérdida de empleos considerable, un incremento exponencial de drogadicción entre la población estadounidense y la mayor crisis migratoria de su historia.
En esta ocasión, la defensa de las consignas progresistas y la promoción de la ideología de género, ambos elementos que le valieron a Biden su victoria en 2020, se perciben insuficientes tras una administración tan negativa.
Los estadounidenses pretenden recuperar la estabilidad económica y el liderazgo internacional que han perdido durante los últimos años; además, la estricta política migratoria que propone Donald Trump ya es vista con buenos ojos por la mayor parte de los electores ante la masiva entrada irregular de inmigrantes desde la frontera sur de los Estados Unidos.