Una importante cantidad de personas, se pudo apreciar durante estos días alusivos a la celebración de “Todos Santos”, principalmente en el centro de Tulancingo.
Pese a que en la más reciente reunión del Comité Jurisdiccional de Seguridad en Salud, se informó que este municipio se encuentra aún en semáforo epidemiológico color rojo desde diciembre de 2020, con la movilidad que prevalece tanto peatonal como vehicular, pareciera que se estuviera en verde porque no existen restricciones, no hay sana distancia entre las personas y muchas no portan el cubrebocas.
De esta manera, los riesgos de contagios por Covid-19, son latentes e incrementan las posibilidades de una cuarta ola.
A diferencia del año pasado, durante estos días de asueto, las actividades comerciales y en el panteón municipal, estuvieron limitadas.
Sin embargo, no solo se pudo apreciar un relajamiento en las medidas protocolarias, sino que muchas familias expusieron a los niños a posibles contagios.
Rosario Cruz, integrante de la agrupación de Comerciantes Establecidos de Tulancingo (CETU), consideró que las autoridades deben tomar cartas en el asunto, ya que durante la recta final del año, la actividad comercial es mayor.
“El gobierno municipal ya dio luz verde a todo, la gente está sin control en las calles, nosotros no estamos de acuerdo en que haya tanta movilidad porque más adelante los afectados vamos a ser los comerciantes y le expondremos esta situación a las autoridades, es mejor seguir un poco restringidos, para trabajar pero con seguridad”.
Agregó, que así como ella, algunos otros comerciantes se enfermaron de Covid-19, incluso con algunas pérdidas, ya que hubo quienes no resistieron, otros corrieron con mejor suerte y se recuperan. Por ello, ya no pudieron seguir coadyuvando como en un inicio con las autoridades, pero esperan retomar este tema a la brevedad.
Comparados los números de contagios del 2020 con los actuales, tras la tercera ola, la desaceleración de casos positivos es menor.
En noviembre del año pasado, la situación era a la inversa, incluso el secretario de Salud en Hidalgo y el titular de la delegación de Programas para el Bienestar, Alejandro Efraín Benítez Herrera y Abraham Mendoza Zenteno, respectivamente, así como los entonces presidentes electos de Pachuca y Tulancingo, Sergio Baños Rubio y Jorge Márquez Alvarado, no escaparon a esta enfermedad