Por Cristian Andrey Rangel Hernández
De acuerdo con el Calendario de la Secretaría de Educación Pública (SEP), las vacaciones de Semana Santa comenzaron oficialmente el 3 de abril y concluyen el 14 del mismo mes. Desde que arrancó el confinamiento por la pandemia de COVID-19, el turismo fue uno de los sectores de la economía más afectados. Literal, la actividad turística fue devastada, pero a dos años de ese episodio parece que la tormenta se ha ido, dejando viejos retos.
El turismo es una de las cartas fuertes de la economía mexicana. Después de la entrada de recursos por remesas, es la fuente más importante para el país contribuyendo con casi 8% del Producto Interno Bruto (PIB), y generando más de 4 millones de empleos, según las cifras más actuales de la Secretaría de Turismo.
Nuestro país inicio la Semana Santa con una expectativa de ingresos superiores a los 160.000 millones de pesos en medio de un repunte en el consumo interno, que llega a niveles de recuperación pre pandemia en los sectores comercio, servicios y turismo, pese a los retos económicos latentes como la inflación.
México se caracteriza por una riqueza natural y cultural, que ningún otro país en el mundo tiene y entre los destinos con mayor afluencia turística destacan: Acapulco, Veracruz, Oaxaca, Riviera Maya, Yucatán, San Cristóbal de las Casas, San Juan del Río, Coahuila, Baja California Sur, Nuevo León, Ciudad de México y Puerto Vallarta.
Sin embargo, las complicaciones económicas no fueron nuestro único reto en este periodo vacacional, sino que nuestro vecino país del norte nos recordó un tema que no solo debe considerarse en periodos de asueto, sino que en la lucha diaria de la recuperación del tejido social que vive nuestro país. Si amigo lector: la inseguridad.
EE. UU. alertó por medio del Departamento de Estado a sus ciudadanos, para no viajar a México, denunciado la existencia de regiones controladas por el crimen organizado y su alto nivel de criminalidad, alrededor de 30,968 homicidios dolosos, según datos oficiales.
Y a pesar de que año con año se alerta a los ciudadanos de la peligrosidad que existe al visitar nuestro país, sigue sin existir un plan de acción para fomentar realmente el turismo y basta con revisar la estrategia de tianguis turístico, en donde efectivamente se potencializan los atractivos turísticos, pero no se implementa de manera coordinada, acciones en materia de seguridad en las distintas entidades federativas del país.
Estos datos, representan un reto para el sector turístico nacional, un desafío para mejorar e innovar el sector, con el único propósito de seguir haciendo de México uno de los grandes destinos turísticos del mundo