Una vez que el ex gobernador de Hidalgo renunció a su militancia priísta, una desbandada de políticos a secundado sus pasos. Entre ellos, los que más destacan, son los diputados de aquel partido que ahora se quedó sin representación en el Congreso Local.
De esta manera, la bancada del PRI, que hasta hace poco era que la disponía de un amplio margen de maniobra (porque junto con los legisladores de Morena conformaban la mayoría absoluta), ahora se declararon independientes.
Para el ejercicio parlamentario será una experiencia nueva tener un bloque “independiente” sin la tutela del gobernador, de un partido o un actor político relevante. Como se venía trabajando desde hace años.
Esta apuesta atrevida por los ahora ex priístas, dará mucho de qué hablar en el futuro porque este movimiento, parece enterrar casi por completo la etapa de dominio y control del tricolor en el estado de hidalgo.
No solo eso, al parecer la desbandada de aquel partido apenas inicia. Porque hay varios presidentes municipales que estarían por dar ese paso al ya no tener los suficientes incentivos políticos para quedarse en las filas del partido político que los postuló.
Este es el caso de varios munícipes identificados con Israel Félix, quien seguramente estará explorando nuevos derroteros en los próximos días. Dejando un claro mensaje de que los tiempos de bonanza en el PRI han llegado a su fin.
Sin embargo, esta maniobra política todavía tiene capítulos por definir. Es decir, en dónde se ubicarán (ideológicamente) los políticos que hoy renuncian al PRI ¿Estarán tocando la puerta de Movimiento Ciudadano o de Morena? ¿Formarán un partido local? ¿Se mantendrán en el sendero independiente?
Esta proyección deja a muchas personas intrigadas por el devenir de quienes hasta hace poco, criticaban a los que cambiaron de bando apostando todo a la cuarta transformación.
Hay que recordar que dichos movimientos son consecuencia de un proceso de degradación entre la dirigencia nacional del PRI y sus homónimos en el ámbito estatal. Los de casa se sintieron desplazados por las imposiciones que desde las oficinas centrales, se hicieron al punto de cuestionar el método de selección de su candidata en el proceso electoral del año pasado.
Dichos desacuerdos fueron la gota que derramó el vaso para que el ex gobernador Fayad iniciara la desbandada más numerosa que ha sufrido en PRI de Hidalgo. Quizá comparable con aquel capítulo, donde José Guadarrama desafió a su propio partido, teniendo como consecuencia su separación del mismo y la conformación del Frente Democrático Hidalguense.
En esta vorágine, el desempeño y proceder de la diputada Carolina Viggiano ha sido clave. Muchos de los ahora ex militantes, ven en ella la acumulación exacerbada de ambición y de control en los procesos internos del partido.
Su exclusión y falta de empatía de la también secretaria general del PRI, ha dejado un halo de desesperanza en los priístas. Muchos de ellos, aunque no lo hicieron público, han abandonado en las urnas al partido que hasta hace poco era una maquinaria de ganar elecciones en el estado de Hidalgo.
Este fenómeno local parece similar al de Europa en el siglo XIX, donde los partidarios del comunismo hicieron una predicción que se cumplió con creces. Ellos sostuvieron que un fantasma recorría Europa. El fantasma del comunismo.
Eso aplica para los priístas quienes asumen que el fantasma de la orfandad invade todo el espectro político del estado de Hidalgo.