Según algunas encuestas de salida, el partido Morena podría declararse como el gran ganador de la contienda electoral en el estado de Hidalgo este 2 de junio de 2024. Lo anterior, porque se refrenda el apoyo a la dra. Claudia Sheinbaum en la presidencia de la República, la fórmula al senado y los siete diputados federales.

En lo local, existe un respaldo también mayoritario por el partido de López Obrador en el C<ongreso del estado y en la mayoría de los municipios. Si estos resultados se confirman en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), estaríamos hablando de una buena jornada para los guindas.

Habría que destacar paralelamente que se trató de un día sin mayores contratiempos, donde la mayoría de los hidalguenses que quiso votar, lo pudo hacer. Salvo las largas filas que se tuvieron que sortear, lo demás quedará en la anécdota sin que ello haya influido en el desarrollo de la elección.

Valdría la pena analizar, reitero si las tendencias se mantienen, que el PRI, PAN y PRD se encuentran en la peor debacle de su historia. En particular, el tricolor que hace menos de dos años era el partido en el poder con una tradición de 93 años en la entidad.

No será fácil para los priístas recuperar el ánimo, después de una nueva derrota en los cargos de mayor peso político. Seguramente, en algunos municipios mantendrán una alta votación y esporádicamente ganarán en otros. Pero estamos lejos de aquellos tiempos de gloria del partido, que fue predominante en Hidalgo.

Estos resultados no son obra de la casualidad. Desde hace años el lopezobradorismo en la entidad es fuerte. Aquí el de Tabasco ganó en 2006, 2012 y 2018. De tal suerte, que la tendencia sigue siendo favorable para ese liderazgo.

Aunque existe un fenómeno importante, mucho de ese capital político no se traslada al ámbito local. Quizá ahí son más importantes otros factores. Pero en general, Morena (de la mano de AMLO) han ganado terreno en Hidalgo.

Por otro lado, hay una gran lección para el PRI pero sobre todo para su dirigencia nacional, quienes han mantenido malos resultados desde hace años y lejos de recomponer el camino, parecen destinados a ver por sus propio beneficios sin atender a la diezmada militancia.

Ellos tendrán que realizar un corte de caja y pensar muy bien en el futuro de su partido en un lugar que hasta hace poco era considerado como uno de sus bastiones electorales. Por otra parte, el PAN y PRD podrían ir pensando en una refundación. Lo anterior, porque solo los une la animadversión a un proyecto. Por tanto, han perdido identidad propia y un poco de memoria histórica. Porque esos dos institutos políticos combatieron en las urnas al PRI durante décadas. Ahora, sin embargo, son aliados.

Por último, los partidos deambulantes en el escenario como Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Verde y del Trabajo, tendrán que hacer reflexiones de forma. Quizá las alianzas no duren para siempre y en este caso podrían salir del escenario. En el caso del Movimiento Naranja todo es ganancia. Pero esos bonos electorales no duran para siempre. Tendrán que empezar a realizar plataformas políticas serias antes que canciones pegajosas. 

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