Por Arturo Hernández Cordero
El presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió el pasado viernes contra la Universidad Autónoma de México. Señaló que desde iniciado el periodo Neoliberal, hace tres décadas, la UNAM empezó a tornar a la derecha y a abandonar la lucha social.
Tales afirmaciones, como era de esperarse, no sentaron bien entre los académicos ni la mayoría de los estudiantes de la máxima casa de estudios, alegando que estaba irrespetando la autonomía de la UNAM. Pero ¿es cierto que la UNAM se ha tornado a la derecha?
Hay que tener en cuenta el contexto en el que el presidente realizó sus estudios de Ciencias Políticas en la UNAM: los años 70’s, cuando aún estaban muy presentes en el imaginario colectivo, las movilizaciones estudiantiles del 68 y el 71.
Es decir, al presidente le tocó estudiar en la época de mayor alboroto en la historia de la UNAM. De igual manera, en dicha época, la influencia del bloque soviético aún se dejaba sentir en el ámbito académico Latinoamericano y la formación que los catedráticos de la UNAM brindaban a sus estudiantes, propiciaba la defensa de los ideales de la izquierda tradicional: abolición de las clases sociales, redistribución de la riqueza, reparto agrario, derechos laborales, plena igualdad ante la ley, etc.
Hoy en día, pese a que los ideales académicos de la UNAM aún se encuentran dentro del espectro político de la izquierda, estos ya no corresponden a una izquierda tradicional, sino a una izquierda progresista.
La UNAM está empeñada en cumplir con una agenda globalista donde la desigualdad legal y económica, ha dejado de ser el escenario de confrontación; ahora lo son la raza, el género, las preferencias sexuales y el sistema de valores. Luchas en las que el presidente López Obrador, no se encuentra inmerso, algo que no es precisamente malo.
No se equivoca AMLO en señalar la falta de compromiso de la UNAM en torno a la resolución de las verdaderas problemáticas sociales del país, pues en efecto, la máxima casa de estudios y su comunidad estudiantil, parecen hoy más inmersas en caprichos ideológicos del progresismo y la ideología de género, no obstante, si lo hace en señalar que la Universidad se ha tornado a la derecha y al Neoliberalismo