Hoy será un día fundamental para nuestro país vecino latinoamericano, mismo donde tomará protesta el nuevo presidente.

No obstante, lo que debiera de ser un ambiente de solidaridad y felicidad nacional se ha convertido en una tensa situación respecto de derechos humanos.

En primer punto, si bien existen dos movimientos que han controvertido las elecciones, de lo cual ya nos hemos ocupado en columnas diversas, es fundamental distinguir entre ser partidarios y ser gobierno.

El gobierno si bien puede tener incluso una decisión política firme no puede ser partícipe de la misma a costa de la gobernabilidad de su país puesto que, su imparcialidad debe imperar, así como el respeto a los derechos humanos.

En consecuencia, la obligación de todo gobierno es garantizar los derechos humanos y la seguridad del Estado por encima de cualquier cuestión incluso de su propia ideología.

En el caso en concreto es inconcebible que en Venezuela se denuncie una serie de violaciones a derechos humanos y la desaparición o intento de secuestro de la líder opositora puesto que, sin importar justificación alguna la obligación de todo Estado es garantizar la seguridad de toda persona.

Por tanto, si se denuncia la desaparición o ataque a una persona sin ser relevante de quien es siempre será responsabilidad del Estado garantizar no solo que ello no ocurra, sino que se restablezcan los derechos violentados.

Me duele pensar que hoy pudiera ser un día catastrófico para quienes de manera libre decidan manifestarse puesto que, el Estado debe de garantizar sus derechos.

Maxime que en Venezuela aquello que se debe de garantizar en primera instancia es la legitimidad del gobierno que tomará posesión que hasta el día de hoy no se ha logrado por ningún medio.

Espero que mañana sea un día de victoria para las y los venezolanos.

Lic. Juan Fernando González Espinosa

jfernandoge1@gmail.com

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