Las elecciones del pasado domingo en Venezuela, generaron una expectación enorme al rededor del mundo. La dictadura venezolana encabezada por Nicolás Maduro, se presentaba a las elecciones ante una oposición representada por Edmundo González Urrutia, como candidato a la presidencia, pero liderada por María Corona Machado, como principal figura política de la oposición venezolana.

Las elecciones venezolanas fueron en un momento, consideradas por la prensa internacional como un intento del gobierno de Maduro, por limpiar su imagen mediante un proceso democrático, aunque con un colegio electoral y una constitución a modo y servile al chavismo.

Si bien, existían razones de peso para considerar el proceso electoral como un indicio democrático, la contienda resultó en una mera simulación, con resultados totalmente contrastantes con el sentir generalizado del pueblo venezolano.

Incluso en las regiones que antaño se consideraban bastiones del chavismo acérrimo, tales como Aragua, Anzoátegui o Apure, al día de hoy existe un descontento latente hacia el gobierno de Nicolás Maduro y las preferencias electorales no favorecían al oficialismo. Pese a ello, los resultados presentados por la autoridad electoral, le otorgan al chavismo una ventaja total en torno al 10%.

En un ingenuo esfuerzo por contrarrestar el totalitarismo chavista, los líderes opositores han recurrido a desconocer el resultado y a exigir el recuento de los votos emitidos por el electorado, no obstante, ha sido la reacción a gran escala del pueblo de Venezuela, que ha salido a las calles clamando justicia y libertad lo que hoy tiene en jaque al oficialismo.

La posible caída del chavismo no vendrá en consecuencia de los pobres esfuerzos de la oposición por querer enfrentar a un régimen tiránico con sus propias instituciones, sino de una revolución popular regida por la protesta social, la desobediencia civil y la voluntad del pueblo por conseguir una nueva realidad. El Pueblo Venezolano hoy está dispuesto a enfrentar al régimen que lo oprime y precariza, y con total seguridad, se puede afirmar que nunca el gobierno de Maduro, se habría visto tan cerca de su fin.

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