Por Arturo Hernández Cordero
En este 2024, entre los países que tendrán un proceso de elección presidencial que será crucial para su futuro inmediato, son las elecciones de Venezuela las que pueden representar un suceso histórico de proporciones colosales, dado que la otrora pujante nación sudamericana, podría estar presenciando un cambio radical en la dictadura chavista, encabezada por el hoy presidente Nicolás Maduro.
Si bien, la celebración de un proceso electoral libre y democrático, organizado por el chavismo parece prácticamente imposible, el contexto actual da indicios leves de democratización en el país caribeño y hacen pensar que serán estas, unas elecciones cuando menos distintas; a las que estará pendiente toda la comunidad internacional.
La líder opositora María Corina Machado, actualmente inhabilitada políticamente por el chavismo, ha tenido en los últimos años un aumento exponencial en su popularidad y se ha impuesto en las primarias de la oposición venezolana con un arrollador 90% de las preferencias, en gran contraste con el presidente Nicolás Maduro, quien al día de hoy atraviesa por su periodo de mayor impopularidad, desde que asumiera la presidencia de Venezuela en 2013, tras la muerte de Hugo Chávez, impopularidad persistente incluso dentro de los simpatizantes chavistas.
Aunque el régimen de Maduro y el chavismo en general, se han distinguido desde hace 25 años por suprimir la democracia en Venezuela, las negociaciones que a día de hoy la cúpula chavista está llevando a cabo con los Estados Unidos con el presidente colombiano, Gustavo Petro como mediador, han empezado a traducirse en esfuerzos de uno y otro lado, como el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos sobre el petróleo y el gas a Venezuela o la liberación de presos políticos de la oposición por parte del régimen de Maduro en 2023.
De momento, puede parecer demasiado optimista la democratización de Venezuela, pero lo cierto es que el régimen chavista acusa de un desgaste cada vez más pronunciado y una necesidad imperante, de llegar a acuerdos con Estados Unidos; por ello se espera que este proceso electoral sea tan importante para Venezuela y no una mera simulación.