Ríen, sueñan, se divierten, se ilusionan y también sufren. El mundo de los niños, es tan amplio como fascinante y sus emociones, de acuerdo con psicólogos, son básicas para para generar sus motivaciones.
Sin embargo, durante dos años, el sector infantil ha padecido los embates de la pandemia por Covid-19. Para algunos, este lapso ha sido paralelo a su desarrollo y transición de la niñez a la adolescencia.
Ellos también han sentido la tristeza que el confinamiento ha ocasionado, pero actualmente ante la desaceleración de contagios y la cercanía a la nueva normalidad, sus rostros reflejan, con su forma de hablar y con una sonrisa, el deseo de expresar sus sentimientos, con la anuencia de sus padres, quienes después de todo este tiempo, tienen otro panorama de la vida.
Algunos de los pequeños entrevistados, dijeron que estos dos años fueron de aburrimiento, pero para otros, las clases en línea y estar en casa, no les generaron ninguna afectación.
A su manera, manifestaron su temor por la guerra principalmente entre Rusia y Ucrania, así como cuáles son sus metas.
Diana Lizbeth Carballo Montes, psicóloga infantil del Centro de Cultura Emocional de la Familia, dio un panorama desde el punto de vista profesional y la forma en que han tratado diversos casos en dicha instancia.
“Al inicio de la contingencia había gran incertidumbre, los primeros casos que comenzamos a tratar fueron de niños, que presentaban ansiedad o depresión. Los niños han tenido muchos desafíos durante este lapso, uno de ellos es tomar clases en línea; sin embargo, tienen una gran capacidad de adaptación del entorno que los rodea”.
Agregó que no fue nada fácil para los menores, profesores y padres de familia. Actualmente, están recibiendo a niños que han resultado afectados por haber perdido a algún familiar, como el abuelito o casos más específicos, a la mamá o al papá