El panorama económico del país tomara un rumbo complicado para los últimos tres meses del año.
Esto debido a dos hechos importantes. Uno al interior de nuestra nación y otro internacional, que marcaran una serie de efectos que deberá contener la política económica.
El mercado financiero enfrenta incertidumbre y volatilidad, debido a un posible debilitamiento del estado de derecho de nuestro país y por la incertidumbre de quien será el próximo mandatario estadounidense.
Al interior, en casa, la reciente aprobación de la reforma al Poder Judicial, disparó la incertidumbre de inmediato y si bien es cierto que el impacto económico aún no está cuantificado, los mercados están nerviosos por el riesgo de la concentración del poder judicial y ejecutivo.
Muchos dirán que eso solo pasaba en la época revolucionaria, sin embargo, el que los jueces del país sean elegidos por voto popular, incluidos los de la Suprema Corte, potencializa el riesgo de que las decisiones judiciales, se sesguen a compadrazgos o personas que apoyaron a “x” o “y” candidato.
Por lo anterior, es casi inminente que las calificadoras internacionales ajusten su recomendación para invertir en México, generando que en el corto plazo la economía mexicana tenga un impacto negativo directo, en la atracción de inversión
El segundo factor, fuera de casa son las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Si gana Trump, la economía enfrentará un panorama similar al de su mandato anterior, impacto en comercio internacional (por los conflictos que tenga Estados Unidos con China o Rusia directamente), impacto en aranceles, limitaciones a la migración y mayor gasto fiscal y un alto riesgo de incremento, de la tasa de interés de la Reserva Federal y con ello, un efecto en cadena que presione la capacidad de los bancos centrales de alrededor del mundo.
En dado caso de una victoria de Kamala, veremos continuidad del gobierno actual, posiblemente los impactos en la economía de nuestro país solo se centren en la revisión al T-MEC y el objetivo sea bloquear el flujo de inversión chino.
Independientemente a estos escenarios, el reto para Claudia Sheinbaum no es fácil, deberá implementar desde el día uno, medidas transversales contemplando los efectos que se generarán.