El calorcito electoral ya se empieza a sentir con mayor fuerza los últimos días, con los registros de cuatro candidaturas a la Gubernatura de Hidalgo, que tomará forma con el arranque formal de las campañas el próximo 3 de abril, aunque en que en la práctica ya comenzaron desde hace meses y despunta como una de las más competitivas.
Para llegar al electorado, las estrategias electorales potenciarán los medios que tienen a su alcance. En primer lugar, los promocionales en radio y televisión que se reparten conforme la fuerza electoral de cada contendiente.
En segundo lugar, pero quizá más importante, serán las campañas en redes sociales por su grado de penetración. Por ejemplo, 1 de cada 3 personas se entera de asuntos públicos a través de medios digitales, y pese a la brecha digital de Hidalgo, para muchos jóvenes constituyen la única fuente que para saber de los asuntos públicos.
Un foco de atención serán las noticias falsas. Bajo el amparo del anonimato, prácticamente cualquier persona con un teléfono en la mano, puede difundir en pocos minutos noticias o mensajes con que pueden llegar a tener incidencia electoral, pero además, manipular imágenes, falsificar de documentos y distribuirlos porque los controles son prácticamente nulos.
Así que es casi inevitable que durante los 60 días que duren las campañas estaremos a la merced de la malvada imaginación de quienes hagan de la calumnia una estrategia electoral sin que sean castigados.
Entonces, ¿qué se puede hacer para que las noticias falsas no desborden las campañas como ha sucedido en otros países?
Las noticias falsas en sí mismas no representan una amenaza. Lo preocupante es que compartamos todo aquello que leemos sin corroborarlo en fuentes confiables, porque ni Facebook, ni el IEEH, ni el INE, ni los gobiernos están preparados para desmentir tanta desinformación. Si ya vienen las noticias falsas, la solución tiene que estar en los votantes